Ya era calvinista cuando supe del libro de Meeter. Ese calvinismo que te retumba el alma con sus cinco puntos pero adulterado con ideas que te alejan de la SOLA SCRIPTURA de los reformadores. Llegué a la universidad y como estudiante de Humanidades las ideas socialistas inicialmente me cautivaron, pero había algo que no cuadraba con lo aprendido en la Palabra de Dios. El problema era sencillo, no tenía cosmovisión bíblica, estaba más perdido que un ciego sin lazarillo. Un día un hermano nos habló del libro de Henry Meeter y su contenido. Sus indicaciones despertaron mi curiosidad, ¿la Biblia tiene contestación para la política, el arte, la ciencia, etc.? Cuando comencé a estudiarlo fue como salir de unas tinieblas densas, es como si me hubieran soltado un grillete atado a una esfera de hierro muy pesada. Mis estudios en Humanidades tomaron otro rumbo, otro sentido. Comprendí que la Palabra de Dios era la fuente inagotable de toda verdad. Empecé a entender y disfrutar, desde el axioma que todo pertenece a Dios, el arte, la música, la ciencia, la política, etc. Que el pecado, aunque haya tocado todas las esferas, no es dueño de nada y que cada centímetro de la creación, Dios es soberano. El libro de Henry Meeter, fue mi primer contacto con la Cosmovisión Bíblica y Reformada. Me hizo doblar mis rodillas nuevamente y decir junto con todo lo creado: "Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas". (Apoc. 4: 11).
Rvdo. Carlos M. Cruz Moya
Iglesia Presbiteriana Reformada (OPC)
San Juan, Puerto Rico