John sintió que el corazón le daba un vuelco. Una fragata británica surcaba las heladas aguas del océano Atlántico, mientras perseguía su nave de forma implacable. Si los británicos alcanzaban al Boston, él sería condenado a la horca. Como John ere un orgulloso firmante de la Declaración de Independencia y llevaba consigo documentos secretos pertenecientes a las colonias, ¡debía evitar a toda costa ser capturado!
John Adams creció en Massachusetts deseando ser granjero como su padre; sin embargo, nunca imaginó el crucial papel que desempeñaría en la transformación de las colonias en una nación independiente. Cuando las injusticias del gobierno británico incitaron a los colonos a iniciar la revolución y luchar por su independencia, este brillante joven abogado se convirtió en un influyente miembro del Congreso Continental y en un apasionado defensor de la libertad.
Como diplomático de los recién creados Estados Unidos, y como su primer vicepresidente y segundo presidente, este fiel patriota mantuvo firme su integridad, dejando tras de sí un perdurable legado: ¡Independencia para siempre! (1735-1826)