Si Dios nos salva no por algo bueno que nosotros hayamos hecho, ¿cómo podemos tener responsabilidad sobre nuestro destino?
Este tema provoca discusiones fuertes entre cristianos. Por desgracia, diferencias en la perspectiva teológica han llevado a divisiones y polémicas que no siempre reflejan el ideal cristiano del amor fraternal. Este libro presenta esas perspectivas con amor y un deseo de reflejar sus legítimas preocupaciones.